Los HerbaVIVOS de Herbalife®

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Aplausos para Herba... (Plaz-plaz-plaz-plaz)

No hace uno más que admirar a gente astuta. El que pensó la venta encubierta en forma de oferta laboral es einsteiniano, cappo di tutti cappi. Tal vez todo, la idea original y sus beneficios, surgieron por casualidad, no sé; la cuestión es que estos genios no paran de hacer plata con tal estratagema. Tampoco sé si el producto es efectivo o no. Seguramente lo es. Pero no va dirigida hacia tal sentido mi admiración. (Por si alguno no lo sabe son productos para adelgazar que se venden en packs y NO son baratos).

Atraído por la sugestiva publicidad, y haciendo eco a una invitación de reunión mediante internet, en 2006, me encamine nocturnamente hacia allí. Me quedaba a pocas cuadras de mi casa. Al margen de lo buenos oradores y los convincentes testimonios (haciendo gala de golpes de efecto con técnicas harto predecibles de marketing) de antiguos y beneficiados vendedores, no me cerraba del todo la metodología de venta en nodos, hasta que lo dijeron… dijeron la frase mágica: “TODO ASPIRANTE A VENDEDOR DEBE OBLIGATORIAMENTE COMPRAR EL PACK DE PRODUCTOS HERBALIFE®” para uso personal y luego comprar stock para vender a futuros clientes.

Finalizada la reunión invitaron a quedarse para hablarles en privado a los interesados, que por cierto solo eran próximos al 10%. Pero que de 50 asistentes a la reunión 5 compren el producto, habida cuenta de la gran diferencia entre el costo real del producto (¡centavos!) y a lo que lo vendían, ya es un buen negocio.

Conclusión: Yo tengo 2 trabajos fijos, uno rentable y otro paupérrimo; y quise por curiosidad saber cómo aumentar mis ingresos. Me desilusioné. Imagino a aquellas personas que, desocupadas, cifran sus esperanzas guiándose por los anuncios de “trabaje desde su casa” y otras artimañas; y el grado de frustración que les puede generar. Lo vi esa noche: caras que reflejaban desengaños, contrariedades. La gente se iba ofuscada. Pero bueno… para los de Herba mañana será otro día, otra reunión, otro lugar, otros desencantos.

¡Ah! Quedó fotografiada en mi mente la imagen de un muchacho en el estrado, micrófono en mano, manifestando a viva voz, queriendo adoctrinar a los concurrentes, que gracias al negocio aumentó sus ingresos en 1000 dólares mensuales. En ese momento, para justificar lo escuchado, pensé: “Ups, este chabón se fumó una Herba…”

Genera suspicacia que tantos emisarios diferentes, bajo la misma bandera, anden por las calles repartiendo tarjetitas ofreciendo soluciones a la raíz de la mayoría de nuestros problemas: money, money, money.

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